El presidente Rafael Correa reconoció nuevamente, hoy, durante la inauguración del Hospital Docente de Calderón, en el norte de Quito, que el país atraviesa momentos difíciles, "los del pasado quieren regresar, cada paso es un incidente para desgastarnos, para desestabiliza, nos quieren quitar la capacidad de gobernar, lo que no lograron en las urnas lo quieren lograr por la fuerza".
El mandatario dijo que jamás se opondrá a las manifestaciones pacíficas, ciudadanas, espontáneas en las calles, pero lo visto en los últimos días, no es aquello, se trata de ataques sistemáticos con estrategias, apoyo internacional y de cierta prensa.
"Aquí el país, probablemente, se divide entre los que quieren a Correa y los que no quieren a Correa, pero todos, todititos creen a Correa, porque saben que hablamos la vedad y con fundamentos".
Correa recordó que hace un año advirtió al país de la restauración conservadora, el pretexto fueron las leyes de herencia y plusvalía, pero pese a que se retiró temporalmente los proyectos de ley intentan seguir calentando las calles supuestamente por 8 años de abusos, hospitales, carreteras, centros de salud, escuelas del milenio, para nuestras élites ese es el abuso.
Según el mandatario, las leyes a las herencias y plusvalía no son coyunturales para superar la crisis recaudar ingresos fiscales, son estructurales para corregir la terrible inequidad.
El presidente dijo que el gran diálogo nacional es para debatir sobre la inequidad y justicia social, pero "cuidado con confundir esa apertura con debilidad".
Ahora, preparan un paro nacional, absolutamente ilegal e infundado, para el 13 de agosto, "quieren volver al país de los paros".