Miércoles, 29 Noviembre 2023
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Por Melvyn O. Herrera C.

Después de las declaraciones de la ahora finalista en esta contienda electoral, Luisa González, mi coterránea -porque nació en Quito al igual que yo-, cuando interrumpiendo a su entrevistador, con total convicción aseguró que hay una “huida” de migrantes venezolanos a su país, porque en esa hermana nación ahora tienen una calidad de vida mejor que la nuestra; por esto, me animo a contarles -generosos lectores- que antes de yo visitar esa nación en 1993, muchos ya sabíamos del alto nivel de vida que en esos tiempos gozaba ese muy rico país; en mi caso, por noticias de varios parientes maternos que emigraron allá y porque aquí, en Manta, todas las semanas varios buses con pasajeros de Los Bajos de Montecristi, El Aromo y otros lugares de nuesto Manabí, viajaban para trabajar en esa próspera nación.

Por ello, cuando invitado por la marca Ford, distribuída en Manabí por una empresa de mi dirección, debí ir a Caracas y a la industrial e interiorana Valencia, solo verifiqué in situ lo que ya sabía. Resumo asegurando que la vida y servicios, vías carrozables y estandar de vida en Venezuela, en nada envidiaban a lo que ofrecía Miami, por comparar con algo conocido; la gran diferencia y ventaja era que solo se hablaba español. Por ello y por la facilidad legal, era la preferencia de emigrar a ese generoso país. Tan generoso que desde tiempos de la segunda guerra mundial, un diplomático apellidado Tobar, en y desde Europa, auxilió a refugiados alemanes enviandolos a tierras de ellos entre Caracas y Valencia; así fue que nació “Colonia Tobar”, simpática población donde la arquitectura, sus costumbres y comidas son netamente alemanas y solo hablan en nuestra lengua y con acento “carajito”.

Hace más de un lustro, turisteando en un crucero del Caribe sur, acoderamos en puerto Maiquetía y nuestro traslado a Caracas fue con fuerte respaldo armado debido a la delincuencia; ahí comprobé el deterioro de todo el entorno que hizo de esa capital venezolana una metrópoli modelo; lo que conocí y relaté en líneas arriba, ya no existía… materialmente si, pero en escombros. Por ello es que millones de venezolanos huyeron de la inseguridad y miseria que el régimen de Chávez y luego Maduro, impusieron a ese sufrido pueblo.

Sin desconocer los graves problemas de toda índole que ahora aquí sufrimos, sin temor a equivocarme, pudo asegurar que lo dicho con vehemencia por la candidata del “correato”, es una solemne mentira y/o una absoluta exageración. Por eso, ¿cómo se puede votar por ella para que presida nuestra patria, si tan clamorosamente miente en algo muy fácil de comprobar? A esto se agrega que de hecho y en la práctica Venezuela ya está dolarizada y contrariamente acá, el binomio de la mentirosa dama, a quien más se lo conoce como el “Lelo”, él propone instaurar aquí el “Ecuadólar”.

Solo he mencionado un par de “perlas” de este binomio por el que, quienes pensamos en nuestros decendientes más que en nosotros mismos, jamás sufragaremos. He dicho.

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