Jueves, 28 Septiembre 2023
Los culpables…

Los culpables… Destacado

 

He concluido en que los culpables de todo lo malo que ocurre en nuestro Ecuador, somos nosotros mismos, por nuestro negativo individualismo y la falta de concienciación de que pertenecemos y dependemos de la sociedad que nos rodea, es decir de toda nuestra nación o “el mercado” en término económico. Por eso, sigo pregonando la Máxima de mi padre “Somos lo que es la sociedad donde vivimos” y por ello debemos constantemente mejorarla; para ello, a más de procurarlo en nuestro día a día, la mejor oportunidad está en el sufragio, el que debemos ejercerlo pensando más que en cada uno de nosotros, en quienes por amor tenemos la obligación de proveerles un mejor futuro, nuestros descendientes.

Hace algo más de 2 años elegimos para que nos gobierne a un presidente con las características adecuadas para bien encauzarnos en las circunstancias de pandemia y crisis financiera que atravesábamos; pero simultáneamente también elegimos para el poder legislativo a su declarada contraparte, y los resultados son los vividos, un constante boicot a la recuperación que se imponía luego de la exitosa vacunación. La indecisión presidencial -cuando estuvo en el cenit de su popularidad- para decretar la reciente “Muerte cruzada” y/o emprender por una nueva Constitución, nos lleva al corto período electoral al que hoy estamos abocados con lluvia de candidatos a Carondelet; la mayoría chimbadores. Por esto, lo que decidamos en las urnas el próximo 20 de agosto es crucial para el futuro de este querido Ecuador y obviamente de nuestras descendencias.

Después de analizar los antecedentes, trayectoria, ejecutorias públicas y propuestas de cada uno de los candidatos a presidente y de su binomio, otorguémosles nuestra confianza a quienes se la han ganado, al no haber caído en las artimañas de los saqueadores.

Igual o más debemos hacer con quienes se postulen al legislativo; además, nadie debería votar por quienes integraron la mayoría que boicoteó al actual Ejecutivo, causando esta actual urgencia política, y que sin vergüenza alguna anuncian postularse. También, debemos rechazar a todos quienes están inmersos en “robó, pero hizo obras” o el “roben, pero roben bien”, causantes del colosal endeudamiento nacional por sobreprecios y la corrupción de la ahora mala palabra: Odebretch.

Y sin pensar 2 veces, ni estando locos debemos darles nuestros votos a quienes de una u otra forma, antes y/o ahora, se han pronunciado contra ese dios -con minúsculas- que hoy nos permite vivir diferente a Cuba, Venezuela, Nicaragua y ahora a Argentina y Bolivia; es decir, el DÓLAR -con mayúsculas- mismo que por 23 años, pese a las atrocidades gubernamentales vividas, protege desde el salario del ciudadano común hasta el capital del inversionista, al no sufrir corruptas devaluaciones monetarias; por esto, aquí no hay espacio para nombrar a los taimados que dizque asesorando a varias naciones, intentan crear una moneda latinoamericana para usarla con la impunidad que facilitará su recuperación del poder perdido.

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