En un esfuerzo por acercarse a las necesidades de la comunidad y abordar los desafíos en áreas empobrecidas y con altos índices de violencia, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, junto con sus 14 concejales, llevaron a cabo la primera sesión de concejo fuera de las instalaciones municipales en la cooperativa Reinaldo Quiñónez, ubicada en Monte Sinaí, al noroeste de la ciudad. Este distrito, perteneciente al distrito Nueva Prosperina, ha registrado una tasa alarmante de homicidios, con 456 muertes violentas reportadas hasta el 31 de agosto, equivalente a 125,6 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El objetivo de esta iniciativa es realizar una sesión de concejo en territorio una vez al mes para establecer un diálogo directo con la comunidad y abordar sus preocupaciones y necesidades. La sesión se llevó a cabo en una tarima en medio de calles sin pavimentar y en mal estado. Durante esta sesión, el Municipio anunció la creación de un proyecto de cancha deportiva en el mismo lugar con el propósito de brindar oportunidades de desarrollo social y alejar a los jóvenes de la influencia de las drogas a través de la práctica deportiva.
Además de esta iniciativa, el Concejo Cantonal aprobó por unanimidad cuatro convenios de cooperación y transferencia de fondos no reembolsables en áreas sociales, de inclusión y deportivas. Uno de los acuerdos se centra en la disminución de la desnutrición infantil en colaboración con la Fundación Redin. Otro acuerdo busca establecer un programa de inclusión para personas con discapacidad auditiva y síndrome de Down a través de la práctica del Rugby en asociación con Fasinarm. También se llevarán a cabo programas deportivos para niños y jóvenes, así como la reactivación de un tradicional campeonato interbarrial de fútbol en colaboración con las fundaciones Proyecto Social y Ciudad Deportiva.
Estas iniciativas buscan revitalizar un distrito que ha enfrentado desafíos significativos y donde el 16% de sus estudiantes participa en alguna banda delincuencial. Además, los niveles de homicidios en Nueva Prosperina, en relación con su población, son comparables a los de pequeñas poblaciones mexicanas ubicadas entre las zonas más violentas del mundo.